lunes, 30 de marzo de 2015

TMT NOCTURNA



  Todo comenzó como suelen empezar las bonitas historias, en el baile del pueblo. En medio de la verbena, la afanada organización TMT consiguió repartir los dorsales sin demorarse a la cita y sobre el horario previsto.


 Los dorsales y la bolsa del corredor, con torta de azúcar, caramelos, frutos secos, camiseta… impecable.

Los cuatro, Antonio Brosed, Antonio Camacho, Sergio, algún compañero más y yo mismo ya estábamos preparados.

   Nos cambiamos de ropa, dejamos las mochilas y nos preparamos las luces y los nervios. Todo estaba preparado, la organización controló que todos lleváramos el móvil y los frontales en perfecto estado, dejando lo mínimo posible a la improvisación. Un fuego artificial dio la salida. Me separo de mis compañeros y voy a hacer mi carrera. Luego hemos quedado pora comernos el bocata y la cervecica juntos.

   La gente salió muy rápido, imagino que unos a por el jamón y otros a coger posición para no quedarse atrás en la sendas. Pronto nos salimos del camino y empezamos a serpentear.


   Ir en las posiciones centrales de la carrera suponía tener una vista privilegiada, se perdía en el horizonte las luces rojas de los corredores que iban delante, queriendo llegar a tocar el cielo, y todavía se unía con el pueblo las luces blancas que venían detrás. Nunca pensé que formar parte de un gusano me iba a generar tanta satisfacción.

   El ritmo, para mí, un poco rápido, y con la buena noche que hacía estaba cogiendo temperatura mi cabeza, pero poco a poco fui entrando en carrera. En las sendas es muy difícil adelantar, así que intentaba no perder mi puesto ni perjudicar a los que venían detrás.
   Llego al alto de la loma Pilatorres medio andando, y por supuesto, ya se habían llevado el jamón, los amigos del Kadrete Trail.
   Sigo entre sendas y caminos, hablado con uno, con otro, menos mal que podemos ir con alguien y esas cosas que te hacen sentir amigo de todos, porque todos estamos en la misma locura, y como buenos amigos, aunque no nos conozcamos de nada, charramos y vamos comentando la carrera sobre la marcha.
   Llegamos al avituallamiento y no parando demasiado, reparo fuerzas para continuar hasta el final, un pequeño repecho y luego todo bajada, así que me reservo un poco porque quería subir ritmo al final. Y así fue, me encuentro a mi vecino José Luis, que nos marca el ritmo a un pequeño grupo, y así poco a poco, llego hasta el final. Muy contento porque bajo de la hora tres cuartos que me había marcado como objetivo, así que muy satisfecho. Espero a mis colegas y pronto continuamos con la carrera en el pabellón de fiestas, con el bocata y la cervecica.

Bonita carrera, buena compañía, buena gente y una organización de diez.









Protagonistas:
Antonio Camacho,
Antonio Brosed
Sergio Lorente 
Carlos Origüen

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