viernes, 12 de junio de 2015

CRESTAS DEL INFIERNO 2015

Hola de nuevo!!
trail running CRESTAS DEL INFIERNO 2015

Empezaré diciendo que la carrera de montaña Las Crestas del Inferno de Gavín, como su propio nombre NO indica, no es el infierno, sino el paraíso, pero sí una carrera de montaña.

Habría que diferenciar, entre una carrera de montaña y una de monte, o salir a correr por caminos de tierra, como diría mi hermano Diego Origüen, nosotros solemos salir al monte. Y para los que vivimos a la orilla del Ebro son carreras difíciles de entrenar.

Dicho todo esto, fue una carrera fantástica, porque este tipo de carreras no se van a ganar, ni siquiera a hacer tiempo, se van a disfrutarlas. 

Salíamos bromeando con Joaquín Díaz y su sobrino, de que no se para que queremos bastones, solo yo y José Antonio los llevábamos. Después de salir del pueblo ya empezaban a hacer falta.



Empezamos a subir, y a subir, llegamos a la fuente Chaimona, vamos dejando a nuestra izquierda unas hermosas vistas de lo que fue la cola del glaciar del Valle de Tena.



y a subir, y llegamos al primer avituallamiento, y seguimos subiendo, y así durante ocho kilómetros hasta que el bosque se empieza a quedar detrás de nosotros.


Pronto empezamos a oír la gaita aragonesa, con su vestido de niña, y eso nos daba mucho aliento. Estábamos llegando a la cota máxima de la carrera de 19 km, donde nosotros ya empezábamos a bajar y los de la carrera de 30 km. seguían subiendo, era cota 2000 m., como el amigo Javier Ruiz, que pasaría minutos antes por allí. Impresionante avituallamiento.



La carrera pensaba que estaba superada, pero no, quedaba lo más difícil para mí, bajar.


Nos dicen que tengamos cuidado, que venía una bajada de casi 200 m con mucho mucho desnivel, el mozo que iba delante mío se cae, al momento se oye, PIEDRAAAA!!, una piedra nos pasa por el medio de los dos rodando, al poco mi culo en el suelo, ¿qué hacíamos allí? Vivir una aventura inolvidable y morirnos de risa. Estas situaciones son las que cuando las cuentas animan a algunos a apuntarse al año que viene y a otros a considerarte un loco de remate. Las bajadas por estos lares, poco se parecen a las de los montes cercanos al Ebro, son bajadas muy técnicas en las que se nota quien está acostumbrado y tiene cierta experiencia en estos terrenos. No obstante, como buenos baturros, no se nos puso nada por delante, y allí que estábamos.

Serían ya cerca de las once y el calor me empezó a pasar factura, cuando llegamos al bosque cerca de la ermita de San Bartolomé, a pasar de que era llano hice algún tramo andando, tenía mucho calor, no había bebido suficiente en los anteriores avituallamientos. Moje mi gorra en un riachuelo y parece que me recuperé un poco. 

Llegamos a la última subida, que hace que me terminara de exprimir, y pronto llegamos otra vez a Gavín. Al llegar se me saltan las lágrimas, me emociono, mi mujer y mis tres hijos me estaban esperando justo en la meta, cojo a los dos chicos y la chica me sigue corriendo de cerca. 

Ha sido sin dudarlo la carrera más bonita de mi vida, la más complicada y la que ha tenido un final más espectacular.

Quiero agradecer desde aquí a la gente que aguanta mis paranoias sobre los entrenamientos, al grupete de carreritas por cerveza, a los que hicieron las migas de la llegada, a la organización perfecta, a José Antonio por dejarse arrastrar hasta aquí, y sobre todo a mi mujer y a mis hijos, que hacen que me sienta vivo y con ganas de seguir experimentando cosas nuevas.