Todo comenzó como suelen empezar las bonitas historias, en el baile del pueblo. En medio de la verbena, la afanada organización TMT consiguió repartir los dorsales sin demorarse a la cita y sobre el horario previsto.
Los dorsales y la bolsa del corredor, con torta de azúcar, caramelos, frutos secos, camiseta… impecable.
Los cuatro, Antonio Brosed, Antonio Camacho, Sergio, algún compañero más y yo mismo ya estábamos preparados.
Nos cambiamos de ropa, dejamos las mochilas y nos preparamos las luces y los nervios. Todo estaba preparado, la organización controló que todos lleváramos el móvil y los frontales en perfecto estado, dejando lo mínimo posible a la improvisación. Un fuego artificial dio la salida. Me separo de mis compañeros y voy a hacer mi carrera. Luego hemos quedado pora comernos el bocata y la cervecica juntos.
La gente salió muy rápido, imagino que unos a por el jamón y otros a coger posición para no quedarse atrás en la sendas. Pronto nos salimos del camino y empezamos a serpentear.
Ir en las posiciones centrales de la carrera suponía tener una vista privilegiada, se perdía en el horizonte las luces rojas de los corredores que iban delante, queriendo llegar a tocar el cielo, y todavía se unía con el pueblo las luces blancas que venían detrás. Nunca pensé que formar parte de un gusano me iba a generar tanta satisfacción.
El ritmo, para mí, un poco rápido, y con la buena noche que hacía estaba cogiendo temperatura mi cabeza, pero poco a poco fui entrando en carrera. En las sendas es muy difícil adelantar, así que intentaba no perder mi puesto ni perjudicar a los que venían detrás.
Llego al alto de la loma Pilatorres medio andando, y por supuesto, ya se habían llevado el jamón, los amigos del Kadrete Trail.
Sigo entre sendas y caminos, hablado con uno, con otro, menos mal que podemos ir con alguien y esas cosas que te hacen sentir amigo de todos, porque todos estamos en la misma locura, y como buenos amigos, aunque no nos conozcamos de nada, charramos y vamos comentando la carrera sobre la marcha.
Llegamos al avituallamiento y no parando demasiado, reparo fuerzas para continuar hasta el final, un pequeño repecho y luego todo bajada, así que me reservo un poco porque quería subir ritmo al final. Y así fue, me encuentro a mi vecino José Luis, que nos marca el ritmo a un pequeño grupo, y así poco a poco, llego hasta el final. Muy contento porque bajo de la hora tres cuartos que me había marcado como objetivo, así que muy satisfecho. Espero a mis colegas y pronto continuamos con la carrera en el pabellón de fiestas, con el bocata y la cervecica.
Bonita carrera, buena compañía, buena gente y una organización de diez.Llego al alto de la loma Pilatorres medio andando, y por supuesto, ya se habían llevado el jamón, los amigos del Kadrete Trail.
Sigo entre sendas y caminos, hablado con uno, con otro, menos mal que podemos ir con alguien y esas cosas que te hacen sentir amigo de todos, porque todos estamos en la misma locura, y como buenos amigos, aunque no nos conozcamos de nada, charramos y vamos comentando la carrera sobre la marcha.
Llegamos al avituallamiento y no parando demasiado, reparo fuerzas para continuar hasta el final, un pequeño repecho y luego todo bajada, así que me reservo un poco porque quería subir ritmo al final. Y así fue, me encuentro a mi vecino José Luis, que nos marca el ritmo a un pequeño grupo, y así poco a poco, llego hasta el final. Muy contento porque bajo de la hora tres cuartos que me había marcado como objetivo, así que muy satisfecho. Espero a mis colegas y pronto continuamos con la carrera en el pabellón de fiestas, con el bocata y la cervecica.